Quito.- La vicepresidenta de Ecuador, Verónica Abad, calificó este jueves de «ridiculez» la demanda que va a ser interpuesta en su contra por una presunta infracción electoral en el contexto de las elecciones locales de 2023, donde se presentaba como candidata a alcaldesa de la sureña ciudad andina de Cuenca y en las que no salió elegida para ese cargo.
«Cae en la ridiculez totalmente», expresó Abad en una entrevista al diario La Hora acerca de la queja presentada a título personal por Juan Esteban Guarderas, vocal del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS), quien le culpa de presuntamente haber suceso campaña fuera del periodo establecido para solicitar el voto.
La demanda va a ser evaluada por el Tribunal Contencioso Electoral (TCE), que puede a partir imponer una multa económica, a destituir del cargo a la persona, si bien Abad no fue elegida para alcaldesa de Cuenca en esa elección.
La vicepresidenta, que sostiene un pulso con el presidente Daniel Noboa, cuestionó que Guarderas no haya demandado por lo mismo al presidente, que en redes sociales cuenta con videos de actos proselitista fuera del periodo oficial de campaña.
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«Cuando le presentan pruebas fehacientes con la 1ra autoridades del país, no tiene qué expresar. ¿Acaso el presidente o el Gobierno están por encima de la ley?», se preguntó Abad, que fue enviada por Noboa como embajadora a Israel en una de sus primeras decisiones como jefe de Estado, lo que evidenció la fractura entre ambos surgida mientras la campaña electoral.
Seguidamente afirmó que a Guarderas «le han visto entrando y saliendo constantemente de la Presidencia, porque aquí todo se sabe».
La vicepresidenta afirmó que esa prepara apara afrontar su defensa en caso de que el TCE admita a trámite la demanda de Guarderas, al argumentar que «no hay mejor escudo que la transparencia».
Abad reiteró que existe hacia un hostigamiento por parte de Noboa y de su Gobierno para presuntamente forzarla a dimitir y así evitar tener que delegar en ella las funciones presidenciales cuando el mandatario busque su reelección en las próximos comicios generales de 2025.
Sin ánimos de renunciar, la vicepresidenta abogó por «que se consolide el orden constitucional» que le permitirá asumir interinamente la Presidencia e hizo un llamamiento de atención a la opinión públicas, autoridades de control y entes de fiscalización.
En ese orden, afirmó que no tienen forma legal de forzar su destitución.
«No tienen cómo hacerlo. Si se alcanza a una destitución, el pueblo ecuatoriano estaría en grave peligro, porque después (Noboa) irá contra aquellos que cuestionen sus pasos, y tenga por seguro qué eso es lo que va a avanzar. La libertad de prensa y la democracia está gravemente amenazada si permitimos que estos atropellos a nuestra Constitución y nuestra ley», indicó Abad.
Abad fue enviada como embajadora a Israel por Noboa al inicio de su mandato presidencial, en una de sus primeras decisiones como jefe de Estado que escenificó la ruptura entre ambos.
El distanciamiento entre Noboa y Abad comenzó a partir la misma campaña electoral, marcado por una serie de declaraciones de la entonces candidata a vicepresidenta que, aparentemente, no gustaron al empresario, con quien nunca coincidió en algún encuentro público en toda la campaña de la 2da vuelta.
Una vez electos y antes de asumir el cargo, Abad llevó a cabo una gira internacional a título propio donde se convocó en Madrid con el presidente de Vox, Santiago Abascal, en Lima con el entonces 1er ministro de Perú, Alberto Otárola, y en El Salvador se fotografió con su presidente, Nayib Bukele, mientras la celebración de concurso de Miss Universo.
Ya en su labor de embajadora, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Ecuador ha conminado a Abad a no llevar a cabo declaraciones públicas sin su autorización e instrucciones previas.
También recientemente su hijo Sebastián Barreiro fue detenido por un caso de presunta oferta de tráfico de influencias en las oficinas de la Vicepresidencia, lo que llevó a avanzar alrededor de veinte días en prisión preventiva en La Roca, la cárcel de máxima seguridad de Ecuador, de la que salió en libertad luego de pagar una fianza de 20.000 dólares.
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