Santiago.- En un comunicado enviado a los medios de comunicación, el Consejo Directivo de las Águilas Cibaeñas se une al dolor de sus familiares, amigos y de toda la crónica deportiva dominicana por el fallecimiento de una de sus voces más icónicas: Don Mendy López.
“En momento décadas, su voz y estilo fueron parte esencial de nuestro equipo. Narró con pasión, calidad inigualable y un profesionalismo que lo hizo grande entre los grandes. Su partida nos llena de tristeza y deja un vacío en la fanaticada”, manifestó el lider gubernamental de las Águilas, Víctor García Sued.
“Su grandeza vivirá siempre entre nosotros y su otorga va a ser una herencia para futuras generaciones”.
Su legado llego a ser reconocido en vida con la asignación de la cabina de transmisión de las Águilas Cibaeñas con su nombre, un tributo a su inigualable trayectoria y apego por el equipo.
Más que un narrador, un símbolo del béisbol.
Sus frases llenas de ingenio quedaron grabadas en el imaginario popular:
• »¡Liiindo!» para un ponche sin tirarle.
• »¡Le tiró a una que venía chorreando veneno!» para un perico frente a un lanzamiento rompiente.
• »¡Se le terminó el camino!» cuando un foul se perdía entre la fanaticada.
• Su famosa descripción de una reunión en el montículo: «¡Hay un teteo amarillo, rojo, azul, mamey, marrón o verde!», según el equipo en juego.
Mendy López, como tantas veces lo presentaron sus compañeros de transmisión, va a seguir siendo «¡El Único!».
Su voz se ha extinguido, pero su eco vivirá eternamente en cada transmisión, en los recuerdos de quienes incrementaron con su narración y en cada rincón del estadio donde su pasión quedó inmortalizada.
Descanse en tranquilidad, Mendy López. Su legado perdurará por siempre en el alma del béisbol dominicano.
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