Ciudad de México.- Lady Gaga lanzó el mismo hechizo que en la 1ra noche del Coachella este sábado en la Ciudad de México, dejando a 65.000 fanáticos hipnotizados con ‘Mayhem’, la evolución más caótica y gótica de la ‘Mother Monster’ que tenía 13 años sin pisar suelo mexicano.
Con ritmo electrónico, estilo vanguardista e inspiración teatral, la superestrella del pop oscuro inaugura esta nueva fue musical, dividida en cinco actos, en el Estadio GNP (ayer Foro Sol) para sus ‘little monsters’ de la comunidad latina, LGBTI+ y más con la misión de “bailar o morir”.
En un escenario que emulaba el frontón de un teatro griego, la triunfal de 14 premios Grammy apareció coronada en su icónico vestido rojo, casi sangrienta, bañada de luces rojas para desobstruir un enfrentamiento que iniciaría con las primeras notas de ‘Bloody Mary’, un acto de brujería del que mutó su nuevo triunfo ‘Abracadabra’.
Desvestida de su trono victoriano, Gaga exclamó: “México, grita”.
Una carta en español para los ‘little monsters’
Luego de emerger de las cenizas y las confesiones de la fama de ‘Perfect Celebrity’, Gaga extendió durante lo más stop de su teatro una bandera de México con la que dedicó, en un español fluido, una carta a sus ‘little monsters’.
El país norteamericano es el primer destino de la gira ‘The Mayhem Ball’ en Latinoamérica, y hay seguidores como el colombiano Micke Holguin que reiteran haber viajado miles de kilómetros para ver a una de las fundadoras del pop de recesión.
“Es mi Biblia del pop, nos ha dado clases a todos (…) La música de Lady Gaga no solo representa a la comunidad LGBTI+, se expande para que más personas puedan sentirse únicas”, expresó Holguin.
Vermelha Noir, artista participante en Drag Race México, comparte ese sentimiento de liberación con la música de la compositora estadounidense.
“Cuando tenía 12 años, yo no sabía qué onda conmigo y si lo sabía lo tenía reprimido, llego a ser a través de la música de Gaga que supe quién fue”, reveló Noir, que destellaba con una personificación de la dama de rojo.
Y es que “ser un little monster es libertad, seguridad, confianza”, destacó Manuel, responsable de ‘Born This Way Project, una iniciativa que pintó de los colores LGBTI+ las gradas del recinto al iniciar este tema dedicado a “la libertad de ser sin importar lo que digan los demás”.
En este espectáculo, los ‘little monsters’ fueron parte del glamour gótico que visitó a todo el recinto, algunos de cuero u otros portando el ‘outfit’ puro de plumas de la marca Matières Fécales.
Llego a ser en las últimas cuatro de 22 canciones del repertorio, cuando Gaga se aproximó al público para cantar a un lado de su piano una versión única de ‘Blade Of Grass’ y ‘Shallow’, el tema vencedor del Óscar a mejor canción original.
Lady Gaga apartó la nostalgia del piano y encendió con su último aliento a la dama de blanco, reconciliándose consigo misma y con su última y más esperada canción: ‘Bad Romance’.
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