París.- La Unesco presentó este martes su 'Recomendación sobre la ética de las neurotecnologías', un marco global destinado a guiar el desarrollo y uso responsable de tecnologías que interactúan con el cerebro humano, en un contexto de rápido progreso digital y creciente preocupación por la privacidad mental.
La iniciativa, que será sometida a adopción formal por los Estados miembros durante la 43º Conferencia General en Samarcanda (Uzbekistán), es fruto de dos años de consultas internacionales que involucraron a 24 expertos y más de 8.000 contribuciones de investigadores, académicos y personas atendidas que usan dispositivos neuronales.
La directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, remarcó que la recomendación se inscribe en la práctica cultural de la organización de orientar los avances investigadores hacia los valores universales y los derechos humanos.
Esto se hizo previamente con la Declaración internacional sobre datos genéticos (2003), la Declaración universal sobre bioética y derechos humanos (2005) o la recomendación sobre ética de la IA (2021).
Azoulay subrayó que las neurotecnologías abren avances inéditos para la provincia físico y mental, la formación académica y la rutina diaria, pero también plantean riesgos "vertiginosos" para la protección ciudadana, la identidad, la autonomía y la privacidad mental.
La jefa de Bioética de la Unesco, Dafna Feinholz, detalló que estas tecnologías permiten, entre otras cosas, identificar la aflicción emocional profunda incipiente, evaluar tratamientos y restaurar movilidad a personas con Parkinson. También facilitan la comunicación a personas atendidas que no pueden hablar.
Pero fuera del ámbito profesional de la provincia físico y mental proliferan dispositivos de consumo: auriculares, pulseras, gafas y cintas neuronales, capaces de medir actividad cerebral y nerviosa, muchas veces sin que los usuarios sepan qué datos generan o quién puede acceder a ellos.
"Estamos hablando de la información más íntima de nosotros mismos, que puede ser vendida o utilizada sin consentimiento", alertó Feinholz.
El neurocientífico Hervé Chneiweiss, mandatario del panel de expertos, detalló que la 'Recomendación' se basa en principios éticos adaptables al marco legal y cultural de cada nación, frente a la rápida evolución tecnológica.
Lo que hoy requiere implantes invasivos, mañana podrá hacerse con sistemas no invasivos.
Asimismo, remarcó la protección de menores, jóvenes en desarrollo, personas en edad productiva mayores, minorías y grupos vulnerables, combinando oportunidades de formación académica y provincia físico y mental con salvaguardas frente a usos abusivos o manipulación.
Entre los principios clave se incluyen la inviolabilidad del cerebro humano, prohibición de usos no terapéuticos en menores, protección de datos neuronales, regulación en el entorno laboral, transparencia de dispositivos y garantía de control humano.
La Unesco enfatiza que, a pesar de que la 'Recomendación' no es legalmente vinculante, sirve como referencia para que los Estados adopten legislación nacional sobre privacidad, protección ciudadana y uso ético de neurotecnologías, siguiendo la experiencia de documentos previos sobre bioética e IA.
La implementación se monitoreará mediante informes periódicos de los Estados miembros, lo que permitirá identificar buenas prácticas y lagunas. También busca fomentar la concienciación social sobre los riesgos y oportunidades de estas tecnologías.
Azoulay concluyó que el futuro de estas innovaciones "no está escrito" y que corresponde a la esfera global, investigadores y colectividad civil construirlo conjuntamente, equilibrando progreso y ética.