Es increíble como la política lo daña todo, no solo en el país sino en el mundo. Basta ver los grandes escándalos de corrupción en el deporte competitivo, que se han producido en países importantes.
Todo por el control de los recursos, del dinero que corre para el montaje de unos juegos, el suceso que una ciudad-país sea la sede, y la cantidad de tácticas que se intentan, lobbies y demás yerbas aromáticas, para lograr el control de una federación, una confederación, o el control panamericano en cualquier disciplina deportiva o del movimiento olímpico en un país.
Los escándalos en el futbol son conocidos a nivel mundial, se conoce de corrupciones tremendas que se han destapado, para los montajes de las copas mundiales. Y al final del camino, todo se traduce en corrupción, dinero y poder.
Es una lástima que algo que debería mantenerse en su espíritu noble como es el deporte, este tan contaminado como siempre lo ha estado la política y las mafias en todas partes del mundo.
Nuestro país, cariñosamente no se queda atrás. Aquí tenemos la suerte de intentar ser marca país en todas las cosas posibles. Pues con esto de las redes sociales, el bulto es el principal elemento a considerar, para proyectar imágenes convenientes, aunque se refiera a la antítesis de la pura verdad.
En Quisqueya, el espíritu de la dictadura impera en los partidos políticos, las instituciones, federaciones y el movimiento olímpico.
El comité olímpico dominicano que debería ser la suma de las aspiraciones federativas, tiene mucho tiempo siendo un clan o como decía un comunicador, la logia del movimiento olímpico.
Dirigentes deportivos vitalicios y peor que los partidos políticos, que a partir hace tiempo muchos han nacido como ventorrillos o conucos de amigos o familiares.
Parece ser que alcanzar a ser federado o miembro del COD, es sinónimo de una mejora significativa en el estatus social. Sera por la cantidad de recursos y relaciones que le rodean.
La marca país del deporte está en juego, aunque reina alrededor de la pirámide olímpica nacional. Pero en puesto de mejorar la calidad de vida de los verdaderos héroes nacionales: los atletas, los más beneficiados siempre han sido, los seudo-líderes o dirigentes de las federaciones y del Comité Olímpico Dominicano.
La lucha por el poder en las federaciones y en el Comité Olímpico Dominicano, no se entrega por el bienestar del deporte o de la disciplina deportiva específica. No es por amor al deporte, es por la necesidad del control de los recursos y su uso y de poder que consiguen los participantes.
Sabemos que existen federaciones deportivas que hacen grandes esfuerzos, incluso utilizando recursos personales para echar hacia adelante sus compromisos con el ciclo olímpico. Cosa que no debería de ser, pues para eso debería tenerse la facilidad sin tener que mendigar, de la cartera deportiva, a través de la gestión del deporte de alta competencia.
Pero todo se traduce en activismo político, lo que constituye en una Vergüenza Nacional, que por los intereses más mezquinos, no cumplamos con el deber de apoyar a todas las federaciones por igual.
El comité olímpico dominicano, tiene una crisis evidente, pues sus reglas de juego han sido impuestas por la política y no por sus estatutos, aunque se ha devuelto con un causa de boomerang contra los políticos.
Pero ese causa de forma lamentable, ha roto con los mecanismos institucionales de una entidad que no funciona como debiera, en eso se parece un poco al mito democrático que vivimos como nación.
Por estos temas recientes y acerca de todo, por el causa más visible de las famosas renuncias, realizamos una crítica en la fuerza de la verdad, que más bien se circunscribió a una serie de preguntas, que cuestionaban la institucionalidad de esa entidad rectora del movimiento de alta competencia en el país.
Pero tras acercarme un poco en la búsqueda de información, para intentar comprender algunas de las efectos fundamentales de la crisis, pude obtener de algunas fuentes (atención DNI), algunas referencias importantes que asumimos como hipótesis explicativa de la naturaleza fundamental del problema.
En 1er puesto que las renuncias ocurridas, no tienen un fundamento institucional fuerte, por eso se ve que de nuevo intentan volver los renunciantes, sino más bien un mecanismo de presión que no dio el causa deseado.
Ya en el día de ayer se notificó la petición de poder volver del octavo pasajero, que dotaría al COD de quórum para sus decisiones.
Ahí está el equipo que se puso de acuerdo, o quizás para mantener caballos de Troya, que luego mostraran sus pesuñas, o por un altruismo contraproducente a sus pretensiones reales de cambio.
Pues las efectos reales de la crisis del COD no es que se mantenga un comité ejecutivo o que pudiera sesionar, sino que se combatan con calidad y eficiencia, los elementos que continuarán incidiendo de manera negativa, en el deporte competitivo nacional y que no han cambiado ni cambiarán, al menos en la presente gestión de gobierno.
De acuerdo a las informaciones recibidas estas constituyen las principales variables que mantienen al COD en una crisis que no luce tener solución por el momento.
Pues no solo está el pugilato por el control del botín de guerra deportivo a lo interno, sino las injerencias externas que han marcado su territorio (todavia siendo contrario a la carta olímpica) pero que inciden con impacto en las decisiones o los avances del COD en sus propósitos.
Se expresa de la alianza de 3 grandes poderes invisibles gravitantes:
- El Liderazgo de pasados directivos del COD que al parecer sueñan con regresar
- El Poder político y económico ministerial del deporte nacional, representado a lo interno del COD.
- El Poder económico-mediático que sostienen los que lideran el concepto de los sueños olímpicos.
Al parecer, el compromiso con estos intereses que gravitan fuertemente en la institucionalidad del COD, han fomentado la división de su comité ejecutivo, quienes desean respetando la carta olímpica, tener la independencia correcta y poder actuar como entidad libérrima, que toma sus propias decisiones, sin la necesidad de ser impactado por intereses ajenos.
Aparentemente debajo de esta situación del COD que luce insoluble, la verdadera razón se traduce al final en negocios.
Se expresa que dirigentes importantes de la entidad sostienen una sociedad comercial que les ata y estos intereses muchas veces pesan más que la institucionalidad que debería tener la entidad.
El suceso de que ahora se completa el quórum del COD como consecuencia de que un tercer dirigente vuelve tras su renuncia, inicia a entregar un respiro a la continuidad de la operatividad que se venía teniendo, o con algunas aristas negociadas convenientemente, que ojalá sean en beneficio del deporte nacional y no de intereses personales o ajenos.
Acerca de el tema de las renuncias y regresos, no existe en los estatutos del COD algún articulado que lo impida, por lo que al parecer no se obliga a una asamblea extraordinaria para tales fines.
Pero al parecer, el ardid de renunciar masivamente no entregó el resultado esperado, y los dirigentes que quedaban, se sostuvieron firmes y se han impuesto, provocando el regreso al menos de 3 que pudieron hacerlo voluntariamente o por haber sido conquistados o convencidos de ello.
Una expresión que nos comento uno de las fuentes al referirse a los renunciantes expresó textualmente: “Hay de todo. Varios de los renunciantes son del comité organizador 2026 y por ahí los presionaron también. Uno de los que volvió, el es empleado del ministerio de deportes”.
Se estableció en esta conversación que sostuvimos, que existe un movimiento que tiene el apoyo de la mayoría de las federaciones. Por lo que probablemente al término de la gestión del presente gobierno, se logren cambios importantes para mejorar el deporte olímpico nacional.
Se expresa que dentro del COD hay importantes dirigentes que sabotean los intereses de la entidad, pues sirven de informantes a otros propósitos. Por esta razón no se consiguió el quórum a una convocatoria legítima de una asamblea extraordinaria, que debió resultar en la solución institucional de la crisis.
“En cuanto a las federaciones que la presente gestión ha suspendido, se trata de las federaciones de: Pentatlon, surf, esgrima, badminton y tiro de precisión. Todas olímpicas, son 10 votos y todas contrarias a la actual directiva y al ministro”.
Se tiene la creencia que el factor político más que el disciplinario, fue la razón fundamental de estas suspensiones, lográndose con ello el control en la junta directiva o el poder de convocatoria para las asambleas. Es expresar, el mismo principio nocivo del despotismo que hoy se critica y se quiere legitimar en el país.
Se entiende de forma general, que las suspensiones no han tenido el debido proceso. Primero las suspendieron un mes y luego un año y según dice otra fuente sin tener el quórum reglamentario.
Como se puede observar hay en el fondo de la crisis del Comité Olímpico Dominicano una lucha de poder, que no tiene nada que ver con el bienestar e interés del deporte nacional. Es más bien una lucha de poder por las relaciones comerciales que representan y por el manejo de recursos provenientes de diversas vías. Así como también la injerencia de intereses que no son los propiamente inherentes a la gestión olímpica nacional.
Entendemos que para la solución efectiva de esta crisis del COD, que no quedará resuelta por el regreso de 3 o de los 6 renunciantes, va a ser necesaria la realización de una asamblea extraordinaria, para en ella tomar decisiones trascendentales, incluyendo la modificación en los estatutos que den mayor garantía al interés del deporte nacional, y deje menos cabos sueltos a la manipulación política.
Por Julián Padilla
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