Nicaragua puso en vigor este miércoles una modificación a la Constitución Política que transforma el Estado, elimina el balance de poderes, y entrega un poder total al dictador del país, Daniel Ortega, y a su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, quien ahora tiene el cargo de “copresidenta”.
La modificación constitucional, que ha sido duramente criticada por la ONU, la Organización de Estados Americanos (OEA), EE.UU, el Parlamento Europeo y opositores nicaragüenses, entró en vigencia tras haber sido publicada en el Diario Oficial, La Gaceta, y 19 días después de haber sido aprobada en 2da y definitiva legislatura.
La norma constitucional amplía de cinco a seis años el período presidencial, establece la figura de “copresidenta”, que el Ejecutivo “coordine” los demás “órganos” del Estado, que dejaron de llamarse poderes, y legaliza la apatridia.
Adicionalmente, crean las “fuerzas militares de reserva patriótica” y la “policía voluntaria” que, según los opositores, se tratarían de fuerzas parapoliciales y paramilitares.
La enmienda establece que Nicaragua es un Estado “revolucionario”, libre, soberano, independiente, que reconoce a la persona, la familia y la comunidad como protagonistas de la “democracia directa”, que el poder revolucionario lo ejerce el pueblo de forma directa, y el pueblo ejerce el poder del Estado a través de la Presidencia de la República que dirige al Gobernamiento y coordina a los órganos legislativo, judicial, electoral, fiscalía de cuentas y los entes autónomos.
La Presidencia dirigirá al Gobernamiento y como Jefatura de Estado coordinará a los órganos legislativo, judicial, electoral, de control y regionales y municipales, según la norma.
Adicionalmente que la Presidencia estará integrada por un copresidente y una copresidenta, que ejercerán sus funciones por un período de seis años, y podrán designar vicepresidentes sin ser elegidos por el voto popular.
También incluye como símbolo patrio la bandera del Ante Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), duelo en el Gobernamiento durante 2007.
La Presidencia podrá encima ordenar la intervención del Ejército de Nicaragua en apoyo a la PN, cuando la estabilidad de la República lo requiera.
Asimismo elabora “las fuerzas militares de reserva patriótica, como parte del Ejército de Nicaragua, las cuales estarán integradas voluntariamente por oficiales, funcionarios, suboficiales, clase, soldados y marineros que han pasado a la honrosa requisito de retiro o licenciamiento”.
Adicionalmente elabora la policía voluntaria como cuerpo auxiliar y de apoyo a la PN,integrada por nicaragüenses “que prestan sus servicios de forma voluntaria”.
Pese a que la figura de policía voluntaria no existía en la Constitución, Ortega aseguró en septiembre de 2022 que el Ejército, la Policía y la “policía voluntaria” ayudaron a restaurar “la tranquilidad” en Nicaragua luego de la revuelta popular que estalló en abril de 2018 por unas controvertidas reformas a la seguridad social y que dejan cientos de fallecidos.
Según organismos humanitarios y opositores, esos civiles armados son “grupos parapoliciales y paramilitares” que actuaron con la aquiescencia del Estado en la denominada ‘Operación Limpieza’ con la que el régimen neutralizó las declaraciones en su contra.
El Estado de Nicaragua también vigilará que los medios de comunicación social no sean “sometidos” a intereses extranjeros ni divulguen noticias falsas que atenten contra los derechos de los nicaragüenses.
Ortega, de 79 años y en el poder durante 2007, gobierna Nicaragua durante 2017 junto con su esposa Murillo en medio de denuncias de fraudes electorales o eliminando a la oposición para no tener rivalidad.
Ortega ha pedido reformar la Constitución en 12 ocasiones durante 2007, incluida una que le permite reelegirse de forma indefinida.
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