Boca Chica.- Lo que alguna vez llego a ser un atractivo destino turístico para locales y extranjeros, hoy es escenario de una creciente ola de delincuencia que sostiene en zozobra a sus residentes. Boca Chica, conocida por su playa y su cercanía a Santo Domingo, enfrenta una situación preocupante de inseguridad que afecta tanto a la vida cotidiana de su comunidad como al turismo, una de sus principales fuentes de ingresos.
Los residentes del municipio costero viven en constante miedo. Los asaltos, robos y actividades ilícitas son parte de la rutina diaria. Mario, un vecino del campo de acción, dice su frustración: “Aquí no puedes sacar ni 50 pesos porque te matan por eso”. La falta de patrullaje policial y el alza de la asistencia de drogas han suceso que muchos eviten salir de sus casas, especialmente en momento las noches.
“La droga está acabando con este municipio, la delincuencia está en cada esquina y las autoridades ni se inmutan”, demanda Elsa María de la Nuez, quien lleva años viviendo en Boca Chica. La comunidad, desesperada, ha suceso reiterados llamados a las autoridades para que fortalezcan las medidas de seguridad, sin recibir respuestas concretas hasta el momento.
La creciente ola de delincuencia también ha impactado gravemente al plaza financiera local. Restaurantes, tiendas de artesanías y negocios que antiguamente florecían con la asistencia de turistas ahora enfrentan dificultades para mantenerse abiertos.
Los residentes han suceso múltiples denuncias y exigencias a las autoridades locales y nacionales, solicitando un plan de seguridad integral que incluya patrullajes frecuentes, cámaras de vigilancia y la desarticulación de las redes de microtráfico que operan en la zona.
“Necesitamos que la PN actúe con contundencia. No es solo cuestión de poner más agentes, sino de que realmente hagan su trabajo, que patrullen, que investiguen, que no dejen que la delincuencia siga creciendo”, reclama Elsa María.
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